- Comprobar que no tiene ninguna enfermedad ni malestar físico que le haga comer mal. Para ello, consultar a su pediatra.
- Centrar la atención del/la niñ@ en el tema principal que es la comida (sabores, texturas, olores, etc.). Para ello prescindiremos de la televisión, de juguetes que distraigan al niño y le hagan olvidar la comida.
- Respetar en la medida de lo posible las horas de las comidas.
- Poner al niñ@ una cantidad de comida prudente. La comida no debe ser una obsesión de los adultos. Se trata de que el/la niñ@ se alimente, coma variado y que disponga de la energía que le permita correr, jugar y vivir de forma saludable, no de que coma grandes cantidades.
- Pactar un tiempo para comer. Retirar el plato sin enfadarse si no ha comido en un tiempo prudencial .( por supuesto, no ofrecer nada después). Actuar de esta manera, dos o tres veces seguidas para que vea cuál es el funcionamiento/procedimiento habitual en las horas de las comidas.
- Evitar las comparaciones. No poner como referencia a herman@s, amig@s, etc...
- Evitar los sobornos para que coman. No “premiar” con juguetes, a los/las hij@s si comen todo, ni utilizar la comida en sí como premio (helado, pastel) o castigo (alimentos que no les gusten).
- Ser constante con el plan. Actuar y no discutir con ellos.
- Premiar y reforzar los buenos hábitos de alimentación en el/la niñ@. El niño ha de saber que lo está haciendo bien.
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